Juicios por video conferencia ¿Solución a intentos de fuga o incomparecencias?

Los sistemas de telepresencia (la última generación de equipos de videoconferencia), están facilitando muchas tareas y aumentando de la productividad en organizaciones y empresas, tanto a nivel de gestión como a la hora agilizar la toma de decisiones. Evitan desplazamientos innecesarios y permiten ahorrar mucho tiempo y costes de movilidad. Por este motivo su uso puede ser multidisciplinar.

Uno de estos ámbitos es el jurídico y penitenciario. Desde que se utilizara la videoconferencia en un juicio por primera vez en 2003, su aplicación ha ido en aumento. Esta tecnología permite ver al interlocutor con una calidad de audio y video como si se encontrara a escasos metros. Los familiares de una persona recluida pueden mantener un contacto más fluido sin necesidad de desplazarse, como ocurre en ocasiones, cientos o miles de kilómetros. El preso puede también celebrar más reuniones con su abogado, en cuyo despacho esté instalado otro equipo de videoconferencia. De esta forma, ambos mantienen una relación más estrecha y están más y mejor informados de las novedades en cuanto a la situación procesal del reo. Incluso si el arrestado necesitara atención médica, ésta podría prestarse, en una primera consulta, a través de este sistema, lo que evitaría traslados innecesarios de éste a centros hospitalarios.

A pesar de esta aplicación, uno de los usos que más ha sorprendido y mejor acogida está teniendo en los juicios, por su eficacia, es cuando la víctima tiene que compartir espacio con su agresor. En muchas ocasiones, la inestabilidad emocional de la víctima ha impedido o dificultado su declaración por encontrarse ambos en la misma sala o juzgado. En una declaración prestada por videoconferencia o telepresencia la voz del interlocutor se puede escuchar nítida, igual que la imagen se puede ver en alta definición. Esta calidad de audio y video permite a los abogados y fiscales analizar la actitud, los gestos y las expresiones que pueden llegar a decir más que las palabras de los declarantes.

En un proceso judicial, un forense podría ofrecer pruebas o presentar informes detallados sobre un caso desde una sala o, incluso, el fiscal puede interrogar o pedir determinada información al juez desde su propio despacho. Esto evitaría las suspensiones de juicios motivadas por la imposibilidad de que una persona viaje de una ciudad a otra, o por problemas de tiempo y de agenda de los implicados. Además, el sistema también ofrece una garantía de seguridad para los presos, pues al evitar su desplazamiento desaparecen los riesgos que éste acto pudiera tener para la seguridad de sí mismo y de los que le acompañan, entre policías y personal penitenciario.

Los sistemas de telepresencia agilizan las tomas de decisiones, favorecen el trabajo colaborativo y permiten ahorrar tiempo y gastos en desplazamientos. Muchas empresas y organizaciones ya los están utilizando como herramienta de trabajo, aunque en el ámbito jurídico y penitenciario, aún siendo su utilización creciente, todavía estamos lejos de aprovechar todo su potencial.